El mantenimiento es un procedimiento que tiene como objetivo conservar o reactivar un equipo para que cumpla correctamente sus funciones, este proceso puede ser de conservación o de actualización.
Contrario al mantenimiento, la reparación es el procedimiento que corrige los defectos identificados en los vehículos o unidades especiales. Cuando se habla de reparación también se habla de mantenimiento correctivo y se realiza luego de que ocurra una falla o avería en la unidad. Este tipo de acción no se puede planificar y generalmente genera costos no presupuestados, pues puede implicar, en caso de ser necesario, el cambio de algunas piezas del vehículo.
Es necesario diferenciar que existen dos tipos de mantenimiento:
1. El mantenimiento de conservación.
Está diseñado para reparar el deterioro sufrido por las condiciones de uso a las que se exponen los vehículos o unidades especiales. En el mantenimiento de conservación pueden diferenciarse:
- Mantenimiento preventivo: este procedimiento está destinado a garantizar el correcto funcionamiento antes de que pueda producirse un accidente o daño por alguna falla y puede incluir métodos como el cambio de piezas desgastadas, de aceites o de lubricantes, etc
- Mantenimiento correctivo: es el medio encargado de corregir fallas o desperfectos observados. El mantenimiento correctivo se debe realizar inmediatamente al momento de producirse el desperfecto o falla.
2. El mantenimiento de actualización
Tiene como propósito compensar la obsolescencia tecnológica o las nuevas exigencias que en el momento de la construcción no existían, o no fueron tenidas en cuenta, pero que en la actualidad sí deben serlo.
¿Cuáles son las consecuencias de posponer un mantenimiento?
Para mantener el vehículo o la unidad especial en correcto funcionamiento es necesario tener en cuenta las recomendaciones de los manuales de uso y las rutinas de mantenimiento programadas en el momento de venta del mismo. Adicionalmente, se recomienda llevar el vehículo a un técnico experto cuando se escuchan ruidos extraños o se detectan anomalías en su funcionamiento.
Muchas veces por querer “reducir costos”, los usuarios postergan las inspecciones de mantenimiento, pero realmente esto aumenta el riesgo de avería, reduce la vida útil y encarece las reparaciones, incluso, en algunos casos la unidad puede dañarse hasta el punto de dejar de funcionar.
Posponer o no realizar un mantenimiento preventivo implica que los riesgos de avería aumenten exponencialmente y se presente el desgaste de una pieza, el corto de los circuitos, entre otros.
Si no se hace el mantenimiento en el tiempo correspondiente, la vida útil de la unidad va a reducirse. En otras palabras, va a durar menos tiempo y generará pérdidas de dinero para la empresa o el usuario. Esta es una razón importante por la cual no se recomienda saltar o evadir este paso.
Por otro lado, cuando se realiza un mantenimiento correctivo el costo es mucho más caro, dado que las reparaciones tienen un coste elevado y puede darse el caso de que sean más costosas que comprar un vehículo o una unidad nueva.
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